Jürgen Habermas
(1929/06/18 - aun sigue vivo)
Jürgen Habermas es uno de los filósofos y sociólogos
vivos más importantes de la actualidad. Se ha dicho de él que es el
teórico alemán más influyente después de Heidegger. Y con independencia
de la verdad de este aserto, lo cierto es que la repercusión de su obra
está fuera de toda duda desde que a principios de los sesenta viera la
luz su primer ensayo sobre la opinión pública y, sobre todo, desde que
en 1981 publicara una de las obras filosóficas más relevantes de la
segunda mitad del siglo XX: Teoría de la acción comunicativa.
Heredero de la tradición marxista de la Escuela de
Frankfurt, Habermas sintetiza y asimila diversas corrientes filosóficas
—desde la fenomenología hasta la hermenéutica y el psicoanálisis—,
proponiendo una nueva teoría de la sociedad. Filosofía y teoría de la
sociedad se encuentran estrechamente relacionadas en su obra, en la
medida en que han sido sus inquietudes políticas y sociales las que le
han obligado a reflexionar sobre la racionalidad y a proponer un modelo
discursivo de razón que sirve de fundamento para las diversas
disciplinas científicas, pero que determina también un nuevo concepto de
sociedad, replanteando con ello la ética, la política y el derecho.
Su obra filosófica trata de recuperar un punto de
contacto entre teoría y praxis, frente a la pretendida neutralidad de
los saberes positivos y científicos. Según Habermas, no es posible una
objetividad ajena a valores e intereses, razón por la cual aquellos
saberes resultan reductores, en la medida en que se basan en una razón
meramente instrumental. Resultado de ello, siguiendo su crítica, es la
creciente burocratización de la sociedad a todos los niveles y la
despolitización de los ciudadanos.
A través del proyecto de una racionalidad
discursiva, que contrapone a la tecnológica, Habermas indica, en una
teoría de la acción comunicativa, el método para escapar a la continua
desvalorización de lo vivido. Las acciones comunicativas, al contrario
de las de tipo instrumental o estratégico, no se basan en la estructura
de la actividad dedicada a un objetivo. En ellas los proyectos de acción
de los participantes se coordinan con actos de comprensión, que se
basan en el supuesto de un entendimiento posible y en una coincidencia
de sus proyectos vitales. Esta "razón comunicativa", fundamentada en el
carácter intersubjetivo y consensual de todo saber, devolvería a la
sociedad el control crítico y la orientación consciente de fines y
valores respecto de sus propios procesos.
Entre sus principales escritos destacan Historia y crítica de la opinión pública (1962), Teoría y práctica (1963), La lógica de las ciencias sociales (1967), Conocimiento e interés (1968), Ciencia y técnica como ideología (1968), Cultura y crítica (1973), La crisis de la racionalidad en el capitalismo evolucionado (1973), La reconstrucción del materialismo histórico (1976), Teoría de la acción comunicativa (1981), Conciencia moral y acción comunicativa (1983) y El discurso filosófico de la modernidad (1985). En 2003 le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y en 2005 el Premio Holberg.