miércoles, 1 de marzo de 2017

Las tres olas del femenismo

¿QUÉ SON LAS TRES OLAS DEL FEMINISMO? 
Aunque las polémicas y las protestas individuales sobre su destino se remontan a la Edad Media, el feminismo occidental nace en el XVII y se manifiesta como movimiento colectivo de lucha de las mujeres en la segunda mitad del siglo XIX. Para la filósofa Ana de Miguel, el feminismo empieza en el momento en que se articulan, "tanto en la teoría como en la práctica, un conjunto coherente de reivindicaciones" y las mujeres se organizan para conseguirlas, conscientes de la existencia de discriminación sexual.
Teniendo en cuenta este criterio, se puede hablar de tres grandes etapas u olas feministas.

La primera ola: el feminismo ilustrado

Reivindica la ciudadanía de las mujeres y su obra más representativa es 'Vindicaciones de los derechos de la mujer' de Mary Wollstonecraft.
Sus principales características son:

  1. Se extiende desde la Revolución Francesa hasta mediados del siglo XIX.
  2. El debate se centra en la igualdad de la inteligencia y la reivindicación de la educación.
  3. Fundamenta sus reivindicaciones en el pensamiento del Siglo de las Luces, a pesar de que muchos autores como Rousseau desplazasen a la mujer a un segundo plano dentro del estado liberal.
  4. Sus autores clave son Poullain de Barre, Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft, así como las ciudadanas que presentaron en 1789 a la Asamblea francesa su "cuaderno de reformas", que incluía ya el derecho al voto, la reforma de la institución del matrimonio y la custodia de los hijos, además del acceso a la instrucción. ('Cahiers de doléances').
  5. Los derechos de la mujer comienzan a estar presentes en las tribunas políticas e intelectuales. Uno de los grandes pensadores, el revolucionario girondino Condorcet, padre el laicismo en la enseñanza, escribe en 1790 el ensayo 'Sobre la admisión de las mujeres en el derecho de la ciudad':"Los hechos han probado que los hombres tenían o creían tener intereses muy diferentes de los de las mujeres, puesto que en todas partes han hecho contra ellas leyes opresivas o, al menos, establecido entre los dos sexos una gran desigualdad."('Carta de un burgués de Newhaven a un ciudadano de Virginia', 1787, Condorcet).

La segunda ola: el feminismo liberal sufragista

Reivindica principalmente el derecho al voto de las mujeres y su principal obra es 'El sometimiento de la mujer', escrito por John Stuart Mill y Harriet Taylor en 1869, que sentó las bases del sufragismo. Su principales características son:

  1. Se extiende desde mediados del siglo XIX hasta la década de los cincuenta del siglo XX (final de la Segunda Guerra Mundial).
  2. Comienza con la Declaración de Seneca Falls, de 1848. Entre 100 y 300 mujeres y hombres (la cifra varía según las fuentes) pertenecientes a movimientos sociales y organizaciones, lideradas por Elisabeth Cady Stanton y Lucrecia Mott, se reúnen en el Seneca Falls (EE.UU) y, tomando como base la declaración de Independencia norteamericana, reclaman la independencia de la mujer de las decisiones de padres y maridos así como el derecho al trabajo, al que daban prioridad por encima del derecho al voto. Los doce principios formulados exigen cambios en las costumbres y moral de la época y en la consecución de la plena ciudadanía de las mujeres.
  3. En Inglaterra aparecen las sufragistas, lideradas por Emmeline Pankhurst, y el debate sobre el sufragio universal se hace cada vez más intenso. Durante la primera mitad del siglo XX, se va incorporando a las legislaciones democráticas, a veces limitada en edad o estrato social. Es la primera reivindicación pacifista e introduce el término de solidaridad.
  4. Socialmente, el activismo se extiende a las clases media y baja. También se vincula a otras causas de derechos civiles, como la abolición de la esclavitud en Estados Unidos. En este sentido, destaca la figura de Sojourner Truth y su discurso '¿Acaso no soy mujer'('Ain't I a woman') de 1851.
  5. Continúan, en paralelo al derecho al voto, las reivindicaciones sobre el acceso a la educación y, a partir de 1880, algunas mujeres comienzan a admitir mujeres en las aulas universitarias, aunque todavía es algo excepcional. Antes, la mujer fue logrando acceso a la educación primaria y secundaria, aunque todavía bajo el pretexto de ser buena madre y esposa.

La tercera ola: el feminismo contemporáneo

Reivindica un cambio de valores y que la justicia legisle aspectos considerados antes como "privados". Sus obras de referencia son 'El segundo sexo' de Simone de Beauvoir, y 'La mística de la femineidad', de Betty Friedan. Su principales características son:

  1. Comienza con las revoluciones de los años 60 hasta la actualidad, aunque algunas teóricas marcan el punto final en los años 80.
  2. Se lucha contra la mujer como estereotipo sexual en los medios de comunicación, el arte y la publicidad. Los años cincuenta definen un tipo de femineidad, de la que se hace propaganda en la televisión y el cine. Los sesenta y setenta reflexionan acerca de esos modelos y se enfrentan a ellos.
  3. Pide la abolición del patriarcado: se toma consciencia de que más allá del derecho al voto, la educación y otros logros de las primera feministas, es la estructura social la que provocadesigualdades y sigue estableciendo jerarquías que benefician a los varones.
  4. Con el lema "lo personal es político" entran en el debate la sexualidad femenina, la violencia contra la mujer, la salud femenina, el aborto o la contracepción, entre otros.


  • Desde los años ochenta, adquieren especial importancia las diversidades femeninas, el multiculturalismo, la solidaridad femenina y el debate, cada vez más intenso, entre diferentes corrientes del feminsmo.
  • Olympe de Gouges
  • (Marie Gouze; Montauban, 1748 - París, 1793) Escritora y heroína francesa que reivindicó la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en el marco de la Revolución Francesa, considerada precursora del moderno feminismo.
  • Pasó entonces a París, en donde tomó el nombre de Olimpia de Gouges y se dedicó a la literatura.
    Al estallar la Revolución Francesa adoptó al principio sus ideas, pero después combatió el sistema del Terror y a sus hombres con una energía que la conduciría al cadalso. Se dice que había tratado de encargarse de la defensa de Luis XVI, y que al ser el rey ejecutado envió una carta insultante a Robespierre, el cual entregó a Olimpia al tribunal revolucionario, que la condenó a morir en la guillotina.
    Escribió un gran número de obras para el teatro, tales como Zamore y Myrza,Lucinda y CardenioEl matrimonio de ChérubinEl hombre generosoEl filósofo corregido y Molière en casa de Ninon, de las cuales sólo la primera, de ideología abolicionista, logró ser admitida en la Comedia Francesa, y se representó en 1789 con el título La esclavitud de los negros o el feliz naufragio.
    Durante los días de su actividad política dio al teatro tres obras más: Mirabeau en los Campos Elíseos (1791), El convento o los votos forzados (1792) y Les Vivandiers(1793). Escribió, además, El príncipe filósofo, obra en la que, en forma de cuento oriental, expone sus ideas acerca de los derechos de las mujeres, y muchos opúsculos sobre cuestiones sociales, como El espírituLas tres urnas y Un testamento político. De entre todos ellos destaca la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana (1791), título que calcó de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano (1789).
  • Mary Wollstonecraft
  • Mary Wollstonecraft, escritora inglesa (1759-1797) y una de las iniciadoras del pensamiento feminista, fue la madre de Mary Shelley y, en opinión de ésta, "uno de esos seres que sólo aparecen una vez por generación, para arrojar sobre la humanidad un rayo de luz sobrenatural. Ella brilla, aunque parezca oscurecerse y los hombres crean que está apagada, pero se reanima de repente para brillar eternamente".
  • Es autora de Vindicación de los derechos del hombre y (1791) y de Vindicación de los derechos de la mujer (1792), obra en la que condena la educación que se daba  a las mujeres porque las hacía "más artificiales y débiles de carácter de lo que de otra forma podrían haber sido" y porque deformaba sus valores con "nociones equivocadas de la excelencia femenina". 

    Las primeras feministas pensaban que una misma educación para hombres y mujeres daría lugar a la igualdad entre ambos sexos, pero Mary Wollstonecraft va más allá, pidiendo que las leyes del Estado se usaran para terminar con la tradiciones de subordinación femenina, y fuera el Estado quien garantizara un sistema nacional de enseñanza primaria gratuita universal para ambos sexos. Reta al gobierno revolucionario francés a que instaure una educación igualitaria que permitiría a las mujeres llevar vidas más útiles y gratificantes. Las mujeres con otra educación podían haber "practicado la medicina, llevado una granja, dirigido una tienda, y serían independientes y vivirían de su propio trabajo".


  • Aceptaba las opiniones de Rousseau sobre la educación de los muchachos, pero le parecían deplorables y empobrecedoras para las jóvenes sus opiniones sobre ellas. Según Rousseau, la educación debía prepararlas para realizar correctamente su futuro papel de esposas. Según Wollstonecraft, el objetivo de la educación "es conseguir carácter como ser humano, independientemente del sexo al que se pertenezca".
    La responsabilidad que Wollstonecraft atribuye al Estado respecto a la educación aparece también en sus escritos sobre el matrimonio: debía intervenir para rescatar a las mujeres de maridos crueles y de aquellos que abusaban de su fuerza. En la novela póstuma María, o las injusticias que sufre la mujer (1797), retrata un matrimonio de pesadilla y aparece en las últimas páginas la petición de divorcio que María le hace a un juez.
    Al creer que el Estado debía reformar el matrimonio y la educación y que las leyes debían acabar con la subordinación de las mujeres y que éstas no debían ser excluidas de la vida política, Mary Wollstonecraft inicia una nueva era en el discurso feminista.
    La muerte de Mary Wollstonecraft, días después de nacer su hija Mary (Shelley), deja en ella un complejo de culpabilidad (fiebres paurperales se llamaba a lo que hoy se llama falta de higiene de los cirujanos) al que la crítica psicoanalítica alude en algunas interpretaciones de Frankenstein.

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